Nuevos hallazgos amplían el conocimiento sobre las ranas de los Andes colombianos, fortaleciendo la conservación en la región

Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad del Quindío ha revelado información novedosa sobre varias especies de ranas en los Andes colombianos, una de las regiones más biodiversas del mundo para los anfibios. Los hallazgos incluyen nuevos registros de Pristimantis buckleyi y ampliación del rango de distribución de Niceforonia adenobrachia y Niceforonia latens. Este trabajo fue publicado recientemente en la Revista Latinoamericana de Herpetología.
En este proyecto participaron los estudiantes del programa de Biología: Germán D. Gallego-Chica del Grupo de Herpetología de la Universidad del Quindío (GHUQ); Cynthia Ávila-Rojas del Grupo de Investigación Ecdysis; Daniel Alejandro Londoño-Campo del Grupo de Investigación Ecdysis; así como Andrés Montes-Londoño, Montes de Xperiences Colombia; el docente Larri Álvarez-Rodas, integrante del Grupo de Investigación en Biodiversidad y Biotecnología (GIBUQ) y Kevin J. López-Molina, graduado del programa de Biología.
Pristimantis buckleyi. Fotografía de Sergio Raul Cruz Suazo.
Niceforonia adenobrachia. Fotografía de Andrés Montes Londoño.
Niceforonia latens. Fotografía de Andrés Montes Londoño.
Conocimiento para la conservación
Según los investigadores, el proceso se desarrolló a partir de observaciones realizadas en distintas expediciones en campo, llevadas a cabo entre 2020 y 2025, en el marco de diferentes proyectos biológicos enfocados en el monitoreo de fauna en ecosistemas altoandinos de los departamentos Quindío y Risaralda (las observaciones realizadas en Risaralda son producto del interés de Andrés Montes Londoño, quien también es fotógrafo de naturaleza).
Durante dichas exploraciones, se encontraron individuos de tres especies de anuros: Prisimantis buckleyi, Niceforonia adenobrachia y Niceforonia latens, en diferentes microhábitats naturales (no se recolectaron especímenes). Estos registros obtenidos en campo fueron posteriormente validados y contrastados con datos disponibles en bases de datos globales como Global Biodiversity Information Facility (GBIF) y publicaciones científicas previas, lo cual permitió confirmar su identidad taxonómica y determinar la ampliación de sus rangos de distribución.
Es así como estos avances no solo aumentan el conocimiento sobre la distribución de estas especies, sino que también resaltan la importancia de proteger los ecosistemas de alta montaña donde habitan estas ranas, muchas de las cuales enfrentan amenazas como la deforestación, actividades agrícolas, minería y el cambio climático. Sobre esto, los investigadores destacaron que documentar nuevos reportes de distribución es una labor esencial para el conocimiento y conservación de la biodiversidad.
“Estos registros permiten identificar con mayor precisión la composición y estructura de los ensambles ecológicos de anfibios en los ecosistemas, así como detectar especies endémicas, raras o amenazadas. Además, proporcionan evidencia para entender patrones de distribución, procesos ecológicos y posibles respuestas al cambio climático. En departamentos como el Quindío, donde los ecosistemas están bajo presión antrópica, estos datos son fundamentales para orientar acciones de manejo, restauración y planificación ambiental. Finalmente, contribuyen al fortalecimiento del conocimiento científico regional y la educación ambiental en las comunidades”, señalaron.
Hallazgos más importantes
Comprender con mayor exactitud los rangos de distribución de estas especies resulta vital para diseñar estrategias de conservación efectivas que aseguren su supervivencia y el equilibrio de los ecosistemas.
“La documentación de nuevos registros de Pristimantis buckleyi y Niceforonia latens en Quindío, así como de N. adenobrachia y N. latens en Risaralda, representan un avance significativo del conocimiento de la herpetofauna altoandina colombiana. Un hallazgo destacado fue la observación del comportamiento ‘inflado corporal’ como respuesta defensiva de N. latens, esta conducta no se había registrado antes en alguna especie del género”, destacaron sobre los hallazgos de la investigación.
Asimismo advirtieron que, aunque las ampliaciones de distribución de estas especies no modifican las categorías de conservación actual (propuestas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), “sí se evidencia la urgencia de realizar estudios ecológicos más profundos y continuos: debemos (con urgencia) continuar explorando y documentando la presencia de los diversos grupos biológicos (¡si no sabemos cuáles especies habitan en los ecosistemas, será difícil intentar protegerlas!). Además, el trabajo resalta el valor ecológico de las zonas altoandinas del Quindío y Risaralda, que siguen siendo áreas clave y poco exploradas para la protección de especies amenazadas”.
En esa medida, este trabajo de investigación refuerza el llamado a seguir investigando y preservando los hábitats de los Andes colombianos, en donde todavía hay mucho por descubrir sobre la biodiversidad.
Lee el artículo completo en el siguiente enlace: http://bit.ly/4noJc4w .
Fecha de publicación 27/06/2025
Última modificación 27/06/2025