En la Granja Bengala se desarrolla una investigación uniquindiana sobre la larva en bajas temperaturas

Estefanía Guzmán Cerón y Santiago García Valencia, estudiantes de noveno semestre del programa de Zootecnia de la Universidad del Quindío, llevan a cabo una investigación sobre la mosca soldado negra (Hermetia Illucens) y su comportamiento en temperaturas frías. Este trabajo, que se realiza en la Granja Experimental Bengala de la alma mater, ubicada en el municipio de Filandia, tiene como objetivo analizar la degradación de residuos orgánicos de producciones de cerdos y conejos por parte de la mosca soldado negra, para finalmente determinar la tasa de desarrollo de la larva y la producción de materia orgánica degradada hacia loa desechos de la larva.
La mosca soldado negra (Hermetia Illucens) se clasifica en el orden díptera. Es decir, es un insecto que cuenta con alas posteriores en su anatomía, físicamente se caracteriza por tener una estructura alargada en color negro, muy diferente a la mosca común y no se considera como plaga en Colombia. Actualmente, es una especie muy estudiada por poseer un gran potencial de convertir desechos orgánicos en alimentos para animales, fertilizantes y abono.
Luz Andrea Guevara Garay, docente del programa de Zootecnia, explicó que el proyecto nació en la búsqueda de alternativas para degradar desechos orgánicos y minimizar el impacto negativo que el ser humano ha generado sobre el medioambiente, teniendo en cuenta que, los excrementos de producciones animales son altamente contaminantes, cuando son acumulados de manera inadecuada (desechados en el suelo o fuentes de agua).
En el Quindío, de un potencial de aprovechamiento de residuos del 77,27%, solo se usa el 14,2%. Es importante entonces determinar el efecto sobre el desarrollo de las larvas de la mosca alimentadas con diferentes residuos de producciones pecuarias, para así establecer su potencial en diferentes escenarios.
“Entre los objetivos de la investigación están: determinar la capacidad de degradación de los residuos orgánicos, por medio de la medición del frass total producido con relación a sustrato, en el cual se utilizan dos tipos de residuos orgánicos generados en la granja: el primero, resultante de la producción de conejos, los cuales están conformados por excrementos y residuos vegetales, botón de oro (Tithonia Diversifolia), morera (Morus Alba) o pasto elefante (Pennisetum Purpureum). Y el segundo, los residuos resultantes de la producción de cerdos, los cuales están conformados por excrementos, orina y residuos de alimento balanceado comercial”, explicaron los estudiantes investigadores.
A su vez, Estefanía Guzmán agregó que este proyecto podrá constituir una herramienta importante para el manejo de residuos sólidos orgánicos de las diferentes producciones agropecuarias.
Actualmente, la larva se utiliza en la fabricación de alimentos para animales aportando nutrientes importantes como lípidos y proteínas, teniendo como resultado un bajo costo de producción e impacto positivo en los ecosistemas. Adicionalmente, puede constituir una gran alternativa de disminución de costos para pequeños productores de municipios de clima frío. “Es muy gratificante que seamos las primeras personas en desarrollar este proyecto que va a permitirnos dejar una huella, inicialmente, en nuevas alternativas para la transformación de excrementos de animales y a futuro, en alimentación alternativa para los mismos. El reto ha sido empezar de cero”.
Su compañero, Santiago García se refirió a las expectativas con los primeros resultados que se tendrán antes de terminar el semestre académico 2025 – 1. “Estos espacios prácticos y de investigación que nos permite la alma mater, han sido una de las mejores experiencias. Estudiar Zootecnia me ha posibilitado tener una mejor relación con los animales y desarrollar alternativas (en este caso la larva soldado negra que no es algo tan común). Buscaremos generar una nueva opción para plantear nuevas producciones”.
Fecha de publicación 12/03/2025
Última modificación 12/03/2025