Erika Moreno: una científica de la tierra y graduada uniquindiana en Japón

Erika Jessenia Moreno es una científica uniquindiana, experta en ciencias de la tierra y geodinámica computacional. A sus 33 años, tiene ya una amplia trayectoria profesional: es graduada del programa de Física de la Universidad del Quindío, con maestría y doctorado en Ciencias de la Tierra, de la Universidad Nacional Autónoma de México. Actualmente, es investigadora en la Universidad de Kobe, en Japón.
Recientemente, visitó su alma mater para orientar la charla Modelado numérico de procesos de subducción en el marco del Seminario Interno de Matemáticas, organizado por la Licenciatura en Matemáticas. Con ella conversamos sobre sus millas como investigadora, los proyectos en los que ha trabajado y su experiencia como mujer científica.
¿Cómo comenzaste tu camino como científica e investigadora en ciencias de la Tierra?
En el sexto semestre del pregrado en Física, uno elige una línea de profundización y opté por sismología. Comencé a trabajar en el Grupo Quimbaya bajo la dirección del ingeniero Hugo Monsalve. Al mismo tiempo, fui monitora en el Grupo de Estadística, donde conocí al Dr. César Augusto Acosta Minoli, especialista en modelado numérico y director del Grupo de Estudio y Desarrollo de Software, GEDES, de la Licenciatura en Matemáticas. Él trabajaba con modelación de ondas electromagnéticas y, desde el área de sismología, vi una conexión entre ondas sísmicas y modelado numérico.
Así, colaboré en el modelado numérico de ondas sísmicas, y eso me llevó a enamorarme de la ciencia, se convirtió en una obsesión. Al graduarme, decidí presentarme en la Universidad Nacional Autónoma de México, eligiendo a un supervisor especialista en geodinámica para aprender sobre todos los procesos de la Tierra. Gracias a mi promedio, obtuve una beca Conacyt y continué con mi doctorado. Así inició mi camino en esta área.
Hablemos sobre tu trabajo. ¿En qué consisten las investigaciones que llevas a cabo?
Mi trabajo se centra en el modelado numérico. Debido a las condiciones de la Tierra, como la presión y la temperatura, es muy difícil analizar los procesos a escala humana, pues la subducción puede tomar millones de años. Por lo tanto, la única forma de estudiarlos es mediante el modelado numérico.
En el ámbito de las ciencias de la Tierra y la geodinámica computacional, se aplica mucho la física para analizar el comportamiento de los materiales a altas temperaturas y presiones. Estudio cómo se comportan las rocas y las transiciones de fase, lo que incluye profundidades y cómo ocurren estos cambios. Al analizar estas interacciones, podemos responder, por ejemplo, a cómo se desarrolla el vulcanismo. Todos estos procesos tienen un fundamento físico, y yo busco resolver porqué a través de la física y el modelado numérico.
Estudiaste en Colombia el pregrado, en México los posgrados y ahora saltaste a Japón. ¿Cómo fue eso?
Finalicé mi tesis de doctorado bajo la supervisión de la Dra. Marina Manea. Esta investigación se centró en entender numéricamente un bloque continental llamado Chortis en Centroamérica, que afectó, hace 20 millones de años, la subducción de la placa de Cocos, que actualmente se subduce debajo de México y Centroamérica. Muchas hipótesis sugieren que ese bloque estaba en el sur de México y durante la historia tectónica de la región se movió debido a un fenómeno aún no comprendido. Así, examiné cómo este movimiento afectó la subducción de la placa de cocos.
Fue así como presenté mi tesis de doctorado en una convocatoria de Yoshioka Shoichi, especialista en modelado numérico de procesos de subducción y deformación de la corteza. Fui aceptada y actualmente participo en un proyecto que estudia cómo la placa de Filipinas subduce a baja profundidad, debajo del sureste de Japón.
¿Cuál ha sido tu experiencia como mujer científica en el país oriental? ¿Qué desafíos has enfrentado?
En campos como las ciencias básicas, la geodinámica y las ciencias de la Tierra, hay muy pocas mujeres. Durante toda mi carrera, solo he tenido dos o tres compañeras. Ahora mismo, soy la única mujer en el área de posdoctorado bajo la supervisión de Yoshioka Shoichi, quien siempre ha sido muy respetuoso y se muestra entusiasmado cada vez que una mujer se presenta a sus convocatorias.
En Japón, hay muchas iniciativas dirigidas a motivar a las jóvenes a investigar y participar en la ciencia. Ser mujer en estos contextos siempre conlleva sus retos. A menudo me encuentro en reuniones o congresos, donde me siento un poco tímida y tengo miedo de levantar la mano o de expresar mi opinión porque solo hay unas pocas mujeres. A veces, esto me hace dudar de mi inteligencia o de si estoy representando adecuadamente a las mujeres. Este es un desafío constante para mí.
Sin embargo, me siento orgullosa de representar a Calarcá, a la Universidad del Quindío y a Colombia. También me siento profundamente orgullosa de mujeres científicas latinoamericanas con las que me encuentro en otros espacios distintos a mi trabajo. He coincidido con mexicanas, venezolanas y colombianas, son mi modelo a seguir y mi motivación.
Fecha de publicación 17/02/2025
Última modificación 17/02/2025