La mujer en la academia uniquindiana
Imaginemos a una mujer entrar a un claustro académico repleto de hombres. Imaginemos, también, los pensamientos y miradas extrañas del momento exacto en el que Paulina Beregoff ingresó al aula de clases y se sentó con la mirada en alto y la convicción de estar en el lugar correcto. Ella, una alemana que pisó tierras cartageneras en los años 20, fue la primera mujer en ingresar a la academia universitaria en Colombia como estudiante y más adelante en el rol de docente.
Un antes y un después se legitimó en ese momento, marcando un precedente que motivó a que muchas mujeres se enfrentaran poco a poco a las brechas políticas, sociales, educativas y laborales de la época y empezaran sus estudios en las instituciones educativas del país.
Fue entonces cuando en 1964, en el Quindío, un territorio que todavía hacía parte de Caldas, se graduó de nuestra alma mater –Universidad del Quindío– Marleny Osorio Toro: la primera mujer topógrafa colombiana. Ella, luego de obtener su título, no se conformó y continuó sus estudios como Química y Bióloga uniquindiana.
Si nos detenemos un instante y damos vuelta atrás, podemos confirmar que hoy las mujeres en la academia son muchas más que antes: negar el avance sería negarlas también. Y si bien, las brechas siguen siendo grandes, la Uniquindío mantiene su compromiso constante para que cada vez exista menos desigualdad tanto en el número de estudiantes, docentes e investigadoras como en administrativas y directivas.
Actualmente, de nuestra institución hacen parte aproximadamente 8.976 mujeres estudiantes en los pregrados presencial y distancia –tradicional y virtual– así como en posgrados. Es importante destacar que este número es mayor al de los hombres estudiantes, el cual se aproxima a los 7.521.
Pero eso no es todo: la Uniquindío cuenta, también, con 450 docentes mujeres, lo que equivale al 41% del total de docentes de nuestra institución. De igual manera, desde la vicerrectoría de Extensión y Desarrollo social, durante el periodo comprendido entre el 2016-2022, se ejecutaron 1.878 proyectos de los cuales 887 fueron coordinados por mujeres docentes, investigadoras y extensionistas, cifra que equivale al 47.2% del total.
A lo anterior le sumamos las 129 mujeres investigadoras, de las cuales 33 hacen parte de la Facultad de Ciencias de la Salud; 29 de Educación; 19 de Ciencias Básicas; 16 de Ciencias Humanas y Bellas Artes; 16 de Ciencias Económicas y Administrativas; 7 de Ciencias Agroindustriales y 6 de la Facultad de Ingeniería.
De ellas, la docente del programa de Licenciatura en Literatura y Lengua Castellana, Zahyra Camargo Martínez es investigadora emérita ante MinCiencias con el grupo de investigación en Didáctica de la Lengua Materna y la Literatura. Asimismo, tres de ellas son investigadoras seniors, dos son investigadoras asociadas y una es investigadora junior.
Respecto al panorama de la investigación en nuestra universidad, los cambios son significativos y los datos nos alientan: en los últimos diez años hubo un importante aumento de grupos de investigación, pasando de 52 en el año 2012 a 83 en la actualidad, lo que deja en evidencia un valioso avance en el número de mujeres investigadoras integrantes de estos grupos y en el liderazgo femenino de estos, disminuyendo así la brecha de género que se tiene en la ciencia y fomentando además su inclusión en procesos de investigación.
De esta manera resaltamos –con la firme certeza de que vale la pena cada lucha pasada, presente y futura– el trabajo y esfuerzo que hacen las mujeres en la academia Uniquindiana, cuyo aporte ha resultado fundamental para fortalecer los procesos de alta calidad que caracterizan a esta institución y que la han posicionado en un lugar importante a nivel no solo regional sino nacional e internacional.
Por Nathalia Baena y Alejandra Ovalle
Fecha de publicación 08/03/2023
Última modificación 08/03/2023